La transformación digital está de moda.
Como toda moda, todos quieren vestirse con ella, y como con toda moda, muchas cosas no serán de nuestro agrado, otras no nos quedarán bien, y otras simplemente, pasado un tiempo no sabremos qué hacer con ellas.
Las organizaciones como las personas (de hecho las empresas son organizaciones de actividad humana), pasan por lo mismo: se siguen modas/tendencias.
Esto no es malo y gracias a ésto, muchas empresas avanzan, pero otras desaparecen.
Con la transformación digital pasará lo mismo. Lo decimos sabiendo que estamos viviendo una nueva ola de tecnificación empresarial que ha ocurrido en años pasados, y siempre con el discurso de que el mundo cambiará, o que estamos ante el futuro.
Y por eso, nada mejor que un post dedicado al tema de la seguridad de la información, pues el futuro requiere revisar las garantías en un futuro inmediato donde se sufran reveses jurídicos y tecnológicos.
La transformación digital es el cambio en muchos, diversos y variados ámbitos para sacar el máximo partido a las TIC, y por eso ahora todo es tecnificar, automatizar y computarizar. En este proceso, hay un componente clave que es garantizar la seguridad de los datos en el ámbito de la seguridad informática y en el ámbito de la seguridad de la información, incluyendo todo lo relativo a la protección de datos y respecto a los derechos y libertades de las personas.
Decimos esto último pues los procesos de transformación parecen ser muy tecnológicos, pero no lo son. Están enmarcados en una serie de principios que velan por garantizar que el dato de una persona (sea empleado o cliente), si ha permitido que lo almacenemos y subsecuentemente (si nuevamente cede), lo procesemos, sea administrativamente, contractualmente, jurídicamente y tecnológicamente esté protegido y resguardado. Parece obvio y muchos dirán que ya se hace, pero es bueno tenerlo presente como parte de las metodologías de transformación digital.
En nuestra experiencia en diversos proyectos, públicos, privados y sociales, de tecnificación de datos y de información, digitalizando contenidos y/o virtualizando tareas, la seguridad parece ser un tema de computación, pero es común olvidar las connotaciones personales de esos datos.
Quien no prevé estas situaciones se encontrará, como con una moda, con un armario lleno de prendas que no podrá usar, o que no querrá usar.
Existen diversas técnicas al respecto y siempre se tendrán a mano metodologías, pero el despliegue de las primeras y las últimas es un proceso que se debe adaptar a cada organización y a su proceso de transformación digital. Y no deben olvidar ni dejarse llevar por la moda o el ímpetu tecnológico, pues esta situación no es nuevo y hay muchas experiencias que indican que deben hacerse salvaguardas y previsiones en estos temas.
En la transformación digital, además de protegerse contra el cibercrimen, el ciberacoso, el ciberbulling, entre otros mecanismos de ciberviolencia, ciberguerra o ciberdelito, es también clave evitar violar las garantías y derechos de quienes nos han confiado sus datos para que los utilicemos. Y ésto, no puede dejarse para “cuando ocurra”.
Si desea comenzar un proceso de transformación digital o se encuentra inmerso en uno y desea conocer cómo fortalecer su proyecto introduciendo un modelo de madurez de cambio en seguridad, contáctenos a info@werkomus.com.